La domótica es la quinta energía, es la energía más limpia, la que no se consume, es la que hace más eficiente todas las demás.
Hasta la aparición de la domótica, la gestión de las diversas fuentes de energía del hogar se basaron en acciones muy simples tales como: los controles termostáticos o apagados y encendidos de las luces cíclicas y programadas.
En cualquier caso la finalidad de estos controles era, y sigue siendo, el ahorro energético, sin tener en cuenta otros factores igual de importantes como el confort, las variables meteorológicas externas, los hábitos y el comportamiento de las personas, y el impacto medioambiental
En cualquier caso la finalidad de estos controles era, y sigue siendo, el ahorro energético, sin tener en cuenta otros factores igual de importantes como el confort, las variables meteorológicas externas, los hábitos y el comportamiento de las personas, y el impacto medioambiental
Conceptos tan actuales como la “construcción verde” y el “desarrollo sostenible” se han basado, y siguen basándose, en la aplicación de criterios constructivos de alta eficiencia energética, lo que conocemos como arquitectura bioclimática, y en el uso de fuentes limpias y renovables de energía como la solar, la eólica y la geotérmica.
Para que una vivienda, o edificio, sean ecológicos y autosuficientes lo primero que hay que hacer es empezar por un buen diseño del “contenedor” es decir del propio inmueble. Este es el trabajo que corresponde a los arquitectos. El diseño arquitectónico contempla que el propio inmueble esté construido con los materiales adecuados, con una correcta orientación, con distribución de superficies y volúmenes que le haga térmica y lumínicamente más eficiente, que no tenga perdidas en su cerramiento y que esté adecuadamente aislado.
De la arquitectura bioclimática como moda se ha pasado a impulsar la generación limpia de la energía como parte importante de la sostenibilidad, y es aquí donde entran en juego las fuentes renovables. De lo que se trata es de generar la energía que va a consumir en el hogar de una forma limpia y no contaminante, y esto se consigue incorporando al edificio (o vivienda) sistemas de captación solar para la producción de agua caliente sanitaria y para la calefacción fundamentalmente.
Pero, ¿qué ocurre si en una vivienda bien diseñada y dotada de paneles solares, malgastamos la energía que generamos?, pues que de poco vale la inversión que supone la instalación de estos sistemas. Para que todo esto sea de utilidad necesitamos gestionar de forma óptima e inteligente esta energía y es aquí donde entra en juego la domótica y sus tecnologías asociadas.
Un sistema domótico de última generación va a aumentar el rendimiento de los elementos arquitectónicos (materiales, aislamientos, carpintería, etc.) y de los sistemas de generación limpia de energía, ayudándonos a conseguir más fácilmente las exigencias de las nuevas normativas, a amortizar antes los sistemas instalados y a ahorrar mucho dinero en las facturas de consumo energético: agua, electricidad y gas.
Los sistemas domóticos bien instalados y de calidad consiguen el máximo confort, con el máximo ahorro y con un mínimo impacto en el medio ambiente. Este triangulo es el verdadero objetivo de la sostenibilidad en el hogar y del bienestar en la sociedad.
Otra de las aportaciones de la domótica a la gestión eficiente de la energía son unos nuevos dispositivos: los gestores inteligentes de consumo eléctrico. Estos dispositivos de bajo coste permiten detectar y eliminar consumos innecesarios, gastos eléctricos provocados por olvidos, fallos y averías, así como por sobrecargas en la instalación eléctrica.
A la nueva generación de dispositivos pertenecen los sistemas de gestión del agua y de su energía asociada y los grifos electrónicos, sistemas que permiten hacer un uso y manejo del agua imposible con las griferías convencionales.
La domótica, pues, aporta una nueva generación de dispositivos y sistemas a la vivienda que hacen que esta sea energéticamente más eficiente en su uso y disfrute. Por otro lado permiten, mediante la medición y el análisis de los consumos, obtener una serie de conclusiones que ayudan a evolucionar y hacer más eficientes las actuales técnicas y materiales de construcción.
« Por eso digo que la DOMÓTICA como QUINTA ENERGIA supera el concepto de eficiencia energética y establece el concepto de inteligencia energética, ya que hace más eficiente todas las demás (solar, eólica, geotérmica, hidráulica,..) »
Fuente: Ing. Alfredo Villalba, TENDENCIAS21