miércoles, febrero 26, 2014

DOMOTICA ... LA QUINTA ENERGIA

La domótica es la quinta energía, es la energía más limpia, la que no se consume, es la que hace más eficiente todas las demás.


Hasta la aparición de la domótica, la gestión de las diversas fuentes de energía del hogar se basaron en acciones muy simples tales como: los controles termostáticos o apagados y encendidos de las luces cíclicas y programadas. 
  
En cualquier caso la finalidad de estos controles era, y sigue siendo, el ahorro energético, sin tener en cuenta otros factores igual de importantes como el confort, las variables meteorológicas externas, los hábitos y el comportamiento de las personas, y el impacto medioambiental 

  
Conceptos tan actuales como la “construcción verde” y el “desarrollo sostenible” se han basado, y siguen basándose, en la aplicación de criterios constructivos  de alta eficiencia energética, lo que conocemos como arquitectura bioclimática,  y en el uso de fuentes limpias y renovables de energía como la solar, la eólica y la geotérmica. 
  
Para que una vivienda, o edificio, sean  ecológicos y autosuficientes lo primero que hay que hacer es empezar por un buen diseño del “contenedor” es decir del propio inmueble. Este es el trabajo que corresponde a los arquitectos. El diseño arquitectónico contempla que el propio inmueble esté construido con los materiales adecuados, con una correcta orientación, con distribución de superficies y volúmenes que le haga térmica y lumínicamente más eficiente, que no tenga perdidas en su cerramiento y que esté adecuadamente aislado. 
  
De  la arquitectura bioclimática como moda se ha pasado a impulsar la generación limpia de la energía como parte importante de la sostenibilidad, y es aquí donde entran en juego las fuentes renovables. De lo que se trata es de generar la energía que va a consumir en el hogar de una forma limpia y no contaminante, y esto se consigue incorporando al edificio (o vivienda) sistemas de captación solar para la producción de agua caliente sanitaria y para la calefacción fundamentalmente. 

Pero, ¿qué  ocurre si en una vivienda bien diseñada y dotada de paneles solares, malgastamos la energía que generamos?, pues que de poco vale la inversión que supone la instalación de estos sistemas. 
Para que todo esto sea de utilidad necesitamos gestionar de forma óptima e inteligente esta energía y es aquí donde entra en juego la domótica y sus tecnologías asociadas.

Un sistema domótico de última generación va a aumentar el rendimiento de los elementos arquitectónicos (materiales, aislamientos, carpintería, etc.)  y de los sistemas de generación limpia de energía, ayudándonos a conseguir más fácilmente las exigencias de las nuevas normativas, a amortizar antes los sistemas instalados y a ahorrar mucho dinero en las facturas de consumo energético: agua, electricidad y gas. 
   
Los sistemas domóticos bien instalados y de calidad consiguen el máximo confort, con el máximo ahorro y con un mínimo impacto en el medio ambiente. Este triangulo es el verdadero objetivo de la sostenibilidad en el hogar y del bienestar en la sociedad. 
  
Otra de las aportaciones de la domótica a la gestión eficiente de la energía son unos nuevos dispositivos: los gestores inteligentes de consumo eléctrico. Estos dispositivos de bajo coste permiten detectar y eliminar consumos innecesarios, gastos eléctricos provocados por olvidos, fallos y averías, así como por sobrecargas en la instalación eléctrica. 

A la nueva generación de dispositivos pertenecen los sistemas de gestión del agua y de su energía asociada y los grifos electrónicos, sistemas que permiten hacer un uso y manejo del agua imposible con las griferías convencionales. 
  
La domótica, pues, aporta una nueva generación de dispositivos y sistemas a la vivienda que hacen que esta sea energéticamente más eficiente en su uso y disfrute. Por otro lado permiten, mediante la medición y el análisis de los consumos, obtener una serie de conclusiones que ayudan a evolucionar y hacer más eficientes las actuales técnicas y materiales de construcción. 
  
« Por eso digo que la DOMÓTICA como QUINTA ENERGIA supera el concepto de eficiencia energética y establece el concepto de inteligencia energética, ya que hace más eficiente todas las demás (solar, eólica, geotérmica, hidráulica,..) » 

Fuente:  Ing. Alfredo Villalba, TENDENCIAS21

AHORRO DE ENERGIA EN SUPERCOMPUTADORAS

Expertos prueban sumergir ordenadores en aceite mineral o fluoroplásticos líquidos, como medida alternativa a los refrigerantes tradicionales.


Para mantener el avance en computación se requiere la búsqueda de fórmulas ecológicas que permitan al mismo tiempo reducir costes en la factura eléctrica. En esta línea los expertos apuntan hacia el enfriamiento por inmersión o sumersión, consistente en sumergir el equipo en líquido. 

Aunque el agua ya se utiliza ampliamente como refrigerante en centros de datos y supercomputadoras, por lo general se canaliza mediante tubos capilares que llegan a la CPU. Los nuevos proyectos de investigación dan un paso más, al sumergir directamente los dispositivos en líquido, sin causar daño aparente y evitando sobrecalentamientos. 

“Desde la Universidad nos advertían que no íbamos a conseguir más potencia, pero aun así queríamos mejorar el rendimiento”, explica el líder del proyecto, Satoshi Matsuoka

Y es que Japón está impulsando la reducción del consumo de electricidad desde el terremoto y tsunami de marzo de 2011, que desencadenaron una crisis de radiación en la planta nuclear Fukushima Daiichi, al norte de Tokio. Otros reactores permanecen inactivos desde entonces, reduciendo la capacidad para generar electricidad de forma pronunciada. 

La tecnología utilizada por el TiTech fue desarrollada por una compañía de Austin, Texas, llamada Green Revolution. Para sumergir el prototipo de superordenador en aceite mineral sólo tuvieron que realizar algunas modificaciones, como eliminar piezas móviles como los discos duros y ventiladores. 

Para poner a prueba la viabilidad del nuevo sistema, lo instalaron en una pequeña caseta contigua al laboratorio de grandes dimensiones, donde ya albergan otro superordenador. Ubicarlo junto a una máquina que genera calor da a los expertos la oportunidad de determinar si el prototipo puede funcionar incluso cuando el aceite se calienta, llegando a alcanzar en verano temperaturas de 95 grados Fahrenheit (equivalente a 35 grados centígrados). 

Este método de enfriamiento de Green Revolution se había utilizado previamente en varios centros de datos, incluyendo instalaciones operadas por el Departamento de Defensa de EEUU. Asimismo, Intel llevó a cabo un estudio del sistema durante un año y detectó que sus servidores no habían sufrido efectos adversos, mientras el consumo de energía se había reducido drásticamente.

En otros lugares los ingenieros están experimentando con otros tipos de líquidos para realizar una tarea similar. Es el caso de Iceotope, una empresa con base en Sheffield, Inglaterra, que sumerge las computadoras en fluoroplástico líquido, en lugar de aceite. En Hong Kong, la empresa Allied Control, que diseña sistemas de refrigeración, ha usado esta tecnología de inmersión para un centro de datos de reciente inauguración. 

A diferencia del agua, ni el aceite mineral ni los fluoroplásticos líquidos utilizados por Iceotope y Allied Control conducen electricidad por lo que, según los expertos, no hay riesgo de cortocircuito del equipo u otro tipo de daño. Por el contrario, se está comprobando que los costos en facturas de energía e infraestructura se podrían reducir a la mitad con estas 
técnicas.

Lo cierto es que ambos están demostrando la posibilidad de mejorar la eficiencia. “No estamos hablando de pequeñas cifras, sino de millones de ahorro cada año”, precisa Peter Hopton ejecutivo de Iceotope. 


FuenteTendencias21

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